Copiso dispone de un secadero de maíz y de girasol en el centro logístico de Almazán, siendo una referencia en este tipo de instalaciones en la provincia de Soria. Su diseño permite un secado de bajo consumo de energía debido al reciclado de aire. Además, garantiza el secado de productos como oleaginosas o semillas, gracias al equipamiento opcional de vigilancia automática, por medición de temperaturas de aire después del secado.

El secadero ofrece tranquilidad y ventajas de comercialización al agricultor, que puede controlar el grado de humedad de su producto, independientemente de las condiciones climatológicas que se hayan producido. De esta manera, puede almacenar la pipa de girasol o el grano de maíz, y venderla en las mejores condiciones.

El control de humedad es también esencial para mantener y conservar el producto y semillas en las mejores condiciones sanitarias y nutricionales, para evitar el desarrollo de hongos. En el caso del girasol, la humedad puede cambiar la composición química grasa y las proteínas.  Si no se cuida la conservación y el almacenaje, el producto puede deteriorarse, con las pérdidas económicas que eso implica. Hay que evitar que el almacenaje inapropiado afecte a la calidad del aceite.

Consciente de ello, la cooperativa ha apostado por ofrecer el mejor servicio de secado a los agricultores, velando así por la correcta conservación y la mejor calidad que aporta la marca Copiso.