La planta de blending de Copiso, ubicada en el centro logístico de Almazán, elaborará en 2025 unas 25.000 toneladas de fertilizantes para los socios, una cantidad similar a la del pasado año. Con 4.500 metros cuadrados, la planta tiene una capacidad de almacenaje de 10.000 toneladas, y puede elaborar 50 toneladas a la hora.
La fertilización es un aspecto que cada vez preocupa más al agricultor. Supone una parte significativa de los costes en la actividad agrícola, y su correcta aplicación condiciona los resultados de producción de manera importante. Por eso, la decisión de construir las instalaciones de blending, que llevan dos años a pleno rendimiento, fue muy bien acogida. Era una demanda y una necesidad de los socios de Copiso.
De esta manera, Copiso puede elaborar abonos a la carta para diferentes zonas y comarcas de la provincia, ajustados a los suelos y a la climatología. El principal producto es el llamado Copitec, en diversas fórmulas. El nitrógeno se encuentra protegido con un inhibidor de la nitrificación. Es decir, un compuesto que ralentiza la conversión del nitrógeno amoniacal a nitrato en el suelo. Su principal beneficio es aumentar la eficiencia de los fertilizantes nitrogenados, ya que el amonio permanece en el suelo por más tiempo y está menos expuesto a pérdidas por lixiviación (lavado) y a la emisión de óxido nitroso. La sostenibilidad y la protección medioambiental es una prioridad en el sector agrícola.
