Una nueva ‘revolución agrícola: la dosificación variable de los insumos’

Los agricultores de Copiso, como los del resto de España, afrontan un nuevo desafío. Están ante una nueva revolución agrícola. Seguramente, tan importante como la que tuvieron que encarar sus padres o abuelos en la segunda mitad del siglo pasado con la mecanización del campo. El desafío es la agricultura digital.

Así lo considera Eduardo Pascual, ingeniero agrónomo y técnico de cultivos de Copiso. “Esta transformación no es futuro, sino que es ya presente, a la vista de los cambios que se están produciendo en la forma de trabajar y producir”, asegura. Si hace poco más de 10 años llegó el autoguiado de tractores, ahora es ya una realidad la dosificación variable.

La agricultura digital es un conjunto de herramientas tecnológicas que permiten la toma de una serie de datos y parámetros sobre el suelo, climatología o rendimientos productivos obtenidos. Toda esa información se organiza y analiza a través de una serie de algoritmos basados en inteligencia artificial, permitiendo aplicar una dosificación variable de los insumos. Es decir, resalta el técnico de Copiso, el agricultor es capaz de aplicar la cantidad óptima de insumos (semillas, abonos, herbicidas…) en cada punto de la parcela dependiendo de su potencial productivo. Esto redunda en una mayor eficiencia en el uso de esos insumos, mejorando la productividad y la rentabilidad del agricultor. Se trata de producir más con menos, siendo más competitivos en los mercados internacionales y mejorando la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.

Con la información recopilada, se elaboran mapas de variabilidad del terreno que indican las posibilidades productivas de las distintas zonas de una misma parcela. En base a este mapa, el ordenador del tractor, automáticamente, va dando órdenes al apero (abonadora, sembradora, pulverizador, etc.) sobre las dosis de insumo que tiene que aplicar en cada punto de la finca.

La recopilación de datos se puede conseguir de varias maneras. Una es la medición de la conductividad eléctrica del suelo. Otra, la implementación de monitores de rendimiento en las cosechadoras, que informan de la producción real obtenida en cada punto de la parcela. Pero el medio más utilizado es la obtención del índice de vegetación NDVI. Este se obtiene mediante la captura de imágenes de las parcelas vía satélite e indica el estado de desarrollo de los cultivos. Existen numerosas plataformas en internet que ofrecen al agricultor dicho servicio, destacando Field View, de la cuál Copiso es distribuidor en la provincia de Soria.

Esta novedosa práctica ya está siendo implementada por varios agricultores socios, aunque el coste de los equipos y el cambio de mentalidad que requiere hace que el proceso de transformación este siendo más lento de lo deseado. Es por ello que Copiso quiere estar al lado de sus agricultores, acompañándolos en el proceso de digitalización de sus explotaciones y siendo una lanzadera para el desarrollo de la agricultura 4.0 en la provincia.

La cooperativa soriana, consciente de la demanda por parte de la sociedad de una agricultura y ganadería respetuosa con el medio ambiente, apuesta por una mejora continua en sus procesos productivos. Los propios agricultores son los más sensibilizados y los primeros interesados en aplicar las mejoras agrícolas, para optimizar al máximo los recursos y asegurar la sostenibilidad y viabilidad del sector a largo plazo, ya que vivimos del campo y en sus pueblos”, remarca Eduardo Pascual. “Estamos ante una etapa muy ilusionante, en la que queremos que el agricultor socio de Copiso sea protagonista y partícipe del cambio”, considera. Hoy es la dosificación variable de insumos, pero ya se está trabajando activamente con sondas capacitivas de suelo para ajustar riegos o en la obtención de insumos tecnológicos basados en la microbiología del suelo.

El equipo técnico de Copiso ha puesto en marcha protocolos y acciones de apoyo y acompañamiento a sus socios agricultores, para promover su entrada en el mundo de la agricultura digital.